El conocimiento,
comprensión y control de las emociones son básicos para que nuestros hijos se
desenvuelvan adecuadamente en sociedad, de ahí que te sugiramos estos principios
para que les introduzcas en el siempre interesante campo de la Inteligencia
Emocional. –
1. CONTROLAR SU IRA.
Hasta los 18 meses los niños necesitan básicamente el afecto y el cuidado
de sus padres, todo ello les aporta la seguridad suficiente para adaptarse en
su medio, para explorar y dominar sus miedos. Pero hemos
de tener en cuenta que a partir de los 6 meses van a empezar a desarrollar la
rabia, de ahí la importancia de saber canalizar sus reacciones y corregirles
cualquier mala acción.
Hay bebés que pueden golpear a sus padres o hermanos, gritar enfurecidos cuando
no se les ofrece algo, acciones que a los progenitores les puede hacer gracia,
pero recordemos que es importante establecer límites desde que nacen, y sobre
todo, el hecho de hablar a los niños continuamente y en cada momento, los niños
entienden mucho más de lo que expresan, de ahí la necesidad de razonarles y de
controlar esas rabietas o ataques de rabia.
2. RECONOCER EMOCIONES BÁSICAS.
A partir de los dos años es una edad perfecta para iniciar a los niños en
el campo del reconocimiento de emociones, es entonces cuando ellos empiezan a
interactuar con los adultos y otros niños de modo más abierto, así pues podemos
realizar varios ejercicios con ellos, como puede ser introducirlos en las
emociones básicas: alegría, tristeza, miedo y rabia. ¿Cómo?
Mediante fotografías de rostros, mediante dibujos, preguntándoles cuestiones
como: "Qué le pasa a este niño?" "¿Está triste?"
"¿Por qué crees tú que está triste?" Es un modo perfecto
para que aprendan a reconocer no sólo sus emociones poco a poco, sino también
las de los demás, y sobre todo, su empatía.
3. SABER NOMBRAR LAS EMOCIONES.
A partir de los 5 años sería perfecto que los niños supieran ya dar nombre
a las emociones de modo habitual: “estoy enfadado porque no me has llevado al
parque”, “estoy contento porque mañana nos vamos de excursión”, “tengo miedo de
que cierres la luz porque me dejas solo.”
4. SABER AFRONTAR LAS EMOCIONES
CON EJEMPLOS.
Es habitual que los niños en ocasiones se vean superados por las emociones,
rabietas que les hacen gritar o golpear cosas. Es necesario que nosotros no
reforcemos esas situaciones, una vez haya terminado la rabieta podemos
enseñarles por ejemplo que antes de gritar o pegar, es mejor expresar en
voz alta qué les molesta. Que aprendan a expresar sus sentimientos desde bien
pequeños.
5. DESARROLLA SU EMPATÍA.
Para desarrollar una dimensión tan importante como esta, es necesario
razonar con ellos continuamente mediante preguntas. "¿Cómo crees que
se siente el abuelo tras lo que le has dicho?" "¿Por
qué crees que está llorando tu hermana?" "¿Crees que papá está hoy
contento?"
6. DESARROLLA SU COMUNICACIÓN.
Hablar con los niños, hacerles preguntas, razonar, jugar, poner ejemplos…
es algo imprescindible en su educación. Debemos favorecer contínuamente el
que puedan expresarse, poner en voz alta su opinión y sus sentimientos, que
aprendan a dialogar.
7. LA IMPORTANCIA DE SABER
ESCUCHAR.
Imprescindible. Desde muy pequeños deben saber guardar silencio
mientras los demás hablan, pero no sólo eso, debe ser una escucha activa, de ahí que
sea recomendable hablarles despacio, frente a frente y terminando las frases
con un "¿has entendido?", "¿estás de acuerdo con lo que he
dicho?".
8. INICIARLOS EN LAS EMOCIONES
SECUNDARIAS.
A partir de los 10 o 11 años van a surgir en sus vidas emociones
secundarias que van a cobrar más peso en sus vidas, tales como el amor, la
vergüenza, la ansiedad… Siempre es adecuado que una buena comunicación
con ellos nos permita hablar de estos temas abiertamente, deben sentirse
seguros ante esas nuevas emociones que asaltan su día a día, habrá situaciones
que por ejemplo les causen mucha ansiedad, como es por ejemplo un examen,
realidades que van a ser constantes en sus vidas y que deben aprender a
gestionar.
9. FOMENTAR UN DIÁLOGO
DEMOCRÁTICO.
A medida que los niños se van haciendo mayores van a aparecer más demandas
por su parte, de ahí que desde bien pequeños les hayamos enseñado la
importancia de pactar, de dialogar, de acordar de modo democrático. La familia
es un ejemplo de la sociedad y es el mejor campo de aprendizaje.
10. APERTURA A LA EXPRESIÓN DE
EMOCIONES.
Es esencial que podamos facilitar a nuestros hijos
la confianza apropiada para que pongan en voz alta aquello que les preocupa,
que les hace infelices y también felices. El hogar y la escuela van a ser
esos primeros escenarios donde se va a desarrollar su vida, si les ofrecemos
comodidad para que se puedan expresarse y comunicar, también lo harán a medida
que crezcan y en el resto de contextos.
El saber comunicarse y el
reconocer emociones propias y ajenas, son sin duda imprescindibles para que
vayan madurando poco a poco y alcancen una solvencia adecuada para integrarse
en la sociedad y ser felices en ella. Nosotros podemos darles esa
oportunidad...
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