Con la entrada de la nueva ley de educación (LOMCE) traerá consigo una modificación en los libros de texto. En el periódico "20 minutos" venía la siguiente noticia que os transcribo literalmente por si queréis mostrar vuestras opiniones.
Los hay a miles,
suponen un gasto considerable para las familias que protagoniza titulares en los medios cada mes de septiembre,
pesan como ladrillos dentro de las mochilas, mueven millones para editoriales, grandes superficies y libreros.
Los libros de texto parecen algo realmente sólido. ¿Lo son?
No lo creo. Y no lo
creo por varios motivos.
Uno es que tecnológicamente
están ya obsoletos y si algo hemos aprendido estos últimos años es
que es prácticamente imposible frenar el avance e implantación de la tecnología
por mucho que haya a quienes les pese. Un tablet sale mucho más barato que
andar renovando libros cada año. Y ese viejo truco de hacer las actividades
pintarrajeando o escribiendo el libro para que no sea reutilizable también. Más
interactivo que un tablet hay pocas cosas, incluso permite incluir música,
vídeo e hipertexto para enriquecer aún más el aprendizaje. Y para practicar
grafomotricidad un folio en blanco sobra.
Otro es que Internet está lleno de fichas,
información y actividades que son óptimos para aprender si se cuenta
con un maestro que sepa reciclarse, salir de la rueda y aprovechar esos
materiales. Hay muchos maestros así, por suerte para nuestros niños cada vez
más.
Están naciendo (o
llevan nacidos mucho tiempo y cada vez se implantan en mayor medida) nuevos
métodos para enseñar a los niños basados en incentivar su querer
saber, su curiosidad, su interés por aprender. Como recogía ABC hace unos días
en Educar sin libros, otro tipo de aprendizaje es posible, cada
vez son más los centros basados en proyectos. El colegio de Julia, que es
público, es uno de ellos. No tiene libros de texto y estudian, investigan la
prehistoria, las hormigas, el bosque…
El gasto en libros de
texto es injustificable. Más en tiempos de crisis. Por eso nacen cada vez más cooperativas, sistemas de préstamo, compra colectiva
Algunos me diréis que
con niños pequeños es posible, pero que los más mayores necesitarán
libros de texto. Tampoco estoy de acuerdo. Cuando estaba en mi viejo B.U.P.
hubo muchísimos libros que se compraron para infrautilizarse o, directamente,
para no abrirse jamás. Los apuntes eran los reyes del mambo. En la universidad
ya ni os cuento, lo de algunos profesores era un latrocinio en toda
regla. Aún recuerdo a alguno exigiendo el original de su libro sobre la
mesa en el examen para que te lo recogiera.
Adoro el libro, como
formato y concepto. Pero no creo que los libros de texto tengan mucho
futuro, la verdad. ¿Y vosotros?
Mi opinión respecto a este tema, va en la misma dirección con la noticia transcrita.
ResponderEliminar¿Porque no utilizar las nuevas tecnologías que ya están en nuestras vidas, y por supuesto será el futuro?. Para los niño/as es un elemento cotidiano, que usan normalmente. Lo interactivo llega más a los chico/as, que repetir temas que aprenden, pero mucho/as olvidan de inmediato.
Y la idea de trabajar con proyectos,( aprender, saber que se aprende y porque lo aprenden), es un acierto. No estudian las lecciones sin más, sino que saben para que, por què, les prepara para una mente abierta, actitud y pensamiento crítico; imprescindible para la época que vivimos.
Es una carga extra para la comunidad educativa( profesore/as,madres, padres, etc ), pero si existe buena predisposición, motivación y ganas por utilizar otros métodos por parte de todo/as; nuestro/as hijo/as se beneficiarán de ello.
Es evidente que los libros de texto que utilizan nuestros hijos son un problema de todos. En definitiva, las familias compramos los libros porque el colegio los manda, por ello, familias y colegio debemos trabajar en la misma dirección si queremos soluciones constructivas.
ResponderEliminarEn España “la enseñanza básica es obligatoria y gratuita”, tanto para niveles obligatorios (de 6-16 años), como para el segundo ciclo de Educación Infantil (de 3 a 6 años). Obviamente, nada es gratis; lo que la ley llama “gratuito”, en realidad es lo que pagado por todo el conjunto de ciudadanos, se transforma en gratuito para el usuario (alumnado en este caso) y no debe estar sujeto a tasas o copagos, o, como en este caso, llamado “libros de texto”.
Sin embargo, la costumbre existente en este país, exige que los padres compren y asuman el coste de los libros de texto, que convenientemente, son modificados por las editoriales cada poco tiempo de manera que sea bastante difícil heredar o intercambiar dichos libros; negocio de lo público, que es de todos, lleno de intereses y beneficios para unos pocos.
La ley de educación no exige que la enseñanza tenga lugar utilizando libros de texto, aunque ello pueda ser más fácil para los profesores para seguir la programación que establece el Ministerio; libros que, en muchos casos, no llegan a tener uso por no adaptarse a la metodología utilizada por cada profesional.
Trabajar únicamente por proyectos, ayudándose de las nuevas tecnologías y diferentes recursos educativos, disponibles para la comunidad educativa en general, nos lleva a plantear otros factores de influencia que tienen una importancia definitiva para que esta iniciativa se desarrolle con éxito.
Este es un tema bastante delicado que genera dudas como:
¿Necesitamos realmente los libros de texto?, ¿Qué implica para las familias la no utilización de los mismos?, ¿Este sistema aportara el nivel adecuado para los alumnos?, ¿Están preparados profesores y familias para realizar este cambio?, ¿Están dispuestos profesores y familias a duplicar su trabajo e implicación para desarrollar con éxito el trabajo por proyectos?, ¿Se cuenta con todos los medios necesarios para el desarrollo de este nuevo método de enseñanza, tanto a nivel profesional como laboral?, ¿Cómo afectara el tema de bajas laborales al desarrollo de los proyectos?
El siglo XXI, colmado de avances tecnológicos al alcance de los ciudadanos, conlleva que este sistema se actualice, se adapte, en definitiva, debe cambiar. ¿Pero cómo?
¿Mantener los libros aprovechando ediciones antiguas para fomentar el éxito del sistema de trueque?, ¿Eliminar libros no reutilizables?, ¿fomentar las respuestas en los cuadernos?, ¿Eliminar de forma progresiva los libros de texto, e introducir de forma alterna el trabajo por proyectos?, ¿Ayudarse de nuevas tecnologías para introducir los contenidos establecidos por las nuevas legislaciones, evitando la compra de más libros?
En mi opinión, es fundamental, la colaboración de las familias en la actividad diaria que realizan su hijos en el propio centro, con o sin proyectos, pero, se sabe, que no todas las familias respaldan y valoran de igual forma la educación de sus hijos, al igual, que no todos los profesores responden con la misma profesionalidad e implicación ante su trabajo.
Este motivo no debe influir en el buen funcionamiento general del centro, y deberían ser problemas solucionables mediante la aplicación de las medidas necesarias para su resolución. El trabajo por proyectos sería, indiscutiblemente, beneficioso para los alumnos, pero, como ocurre actualmente, dependerá su éxito de la dedicación y responsabilidad de cada profesional con respecto a su trabajo.
Creo que cualquier método es válido por el que los niños se sientan motivados y aprendan, para ellos profesorado tiene que estar dispuesto a implicarse en el esfuerzo que éso supone, y los padres deberían ser más conscientes que los niños no vienen a estar en la escuela para no molestar en casa, sino para tener un futuro mejor, y para ellos las familias también tendrían que valorar el trabajo diario de sus hijos y los conocimientos aprendidos.
ResponderEliminarTanto si es con los libros antiguos haciendo banco de libros y añadiendo los temas fotocopiados de los nuevos contenidos, cómo si es por proyectos, o si es una mezcla de ambos sistemas, estoy de acuerdo, siempre que el profesorado lo haya estudiado y lo haya preparado con antelación.
Se avecinan tiempos difíciles para muchas familias y el coste económico de los libros causa estragos, pero también lo causa el no ir apartando una pequeña cantidad mensual para cuándo llegue la fecha, no tener problemas económicos, ya sea por pago de libros o ya sea por pago de cooperativa, las familias han de ser responsables de su propia economía, aparte de las ayudas económicas de becas y bancos de libros que puedan existir.
Sería bueno que el centro educativo explicara qué significa el trabajo por proyectos a los padres, ya que muchos padres desconocen totalmente este sistema, sólo conocen el de libros, y no saben qué opinar al respecto porque no tienen información suficiente para valorarlo y decir si les gusta o no les gusta. En mi opinión tiene muchos beneficios este tipo de enseñanza ya que los niños participan muchísimo más y se sienten más motivados, pero para ello se necesita material, material que tiene que ser comprado por cooperativa por los padres, y ésto en ocasiones es difícil por la situación económica existente, claro que, es muchísimo más económica hacer cooperativa que comprar libros, sin duda !!
Vanesa Alba